Incluso la gente que más ganas tiene de realizar un book de fotos profesional, puede quedarse bloqueada a la hora de afrontar la sesión. La novedad y los nervios, hacen que no nos movamos inicialmente de forma cómoda. Es en ese momento, cuando el fotógrafo puede darte algunas claves y ayudarte en el transcurso de la sesión para indicarte que posiciones son las más recomendables y sobre todo cuales son las que más te favorecen.
La sonrisa, los brazos y la postura del cuerpo, son en general las partes a practicar. El resultado final puede cambiar de forma considerable gracias a estos puntos. Durante muchos años hemos visto gente que, debido a los nervios, no cambia la expresión de la cara o el cuerpo y todas las fotos pueden terminar siendo monótonas y anodinas. Si te dejas guiar por el fotógrafo, unos pequeños consejos se traducirán en un cambio visible al final de la sesión.
Sabemos que decirlo y hacerlo son dos cosas diferentes, pero la experiencia de tratar diariamente con gente particular nos da el credencial de saber que cualquier persona puede llegar a posar de forma profesional con la motivación y las pautas adecuadas.
Pero sobre todo has de estar cómodo y disfrutar de tu sesión de fotos.
Un abrazo.