La idea de acudir a una sesión fotográfica con el fin de ser retratado para el currículum puede sorprender a muchos pero lo cierto es que cada vez es mayor el número de gente que lo considera una inversión. La principal razón es que, al contar con la ayuda de un fotógrafo profesional, el tono general de la imagen es diferente a la de una simple foto de carnet y esa profesionalidad se transmite al candidato.

El trabajo de los fotógrafos se basa en observar a la gente para luego conseguir sacar lo mejor de cada modelo. Ante la cámara la gente se muestra tal como es, indefensa, pero el fotógrafo actúa como un guía durante toda la sesión hasta conseguir el efecto deseado. Así, poco a poco se van consiguiendo poses que transmiten sensaciones como seguridad, confianza o liderazgo. Además, a lo largo de una sesión fotográfica de curriculum no solo se trabaja con la postura sino también con la actitud y la presencia del candidato, lo que incluye elementos como la mirada, la sonrisa y la confianza. La parte técnica también es muy importante a la hora de conseguir una imagen adecuada.

A parte del uso de un buen equipo es fundamental la experiencia en iluminación porque, al final, la combinación de todos estos elementos tiene una reacción positiva en nuestro currículum.

Un abrazo.

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