Realizar una sesión de fotos, puede suponer un reto para muchas personas.En algunas ocasiones, la timidez, el desconocimiento sobre la sesión fotográfica o la inexperencia a la hora de posar frente a un fotógrafo, suponen obstáculos para vivir una experiencia que debería ser agradable durante todo momento.
Para evitar este tipo de percepciones, lo más recomendable es que previamente a la sesión, se concreten todos los detalles con el fotógrafo. Qué tipo de fotografías queremos realizar, cómo nos gustaría posar, qué nos parece más divertido, etc. A partir de ahí, es el fotógrafo quien adopta el papel más importante, puesto que es el encargado de transmitir tranquilidad e intentar que la persona fotografiada, se sienta lo más cómoda y confiada posible.
Acudir a la sesión en compañía de un amigo, la pareja o de un familiar, es un factor que puede ayudar mucho a la hora de sentirse más seguro. Igualmente, una vez aplicados el maquillaje y la peluquería, la imagen de uno mismo cobra más fuerza y esto suele suponer un aumento de confianza para las fotografías. No obstante, mantener una actitud positiva y considerar que se trata de una experiencia de recuerdo, debería ser la base para poder disfrutar de la sesión.